El papel sanador del padre

En una sociedad donde el papel del hombre varón,  realmente nunca ha tenido ningún valor, y a la fuerza y de forma poca ortodoxa, han conseguido comandar y llevar las riendas de la humanidad, el hombre varón, macho alfa, se ha ido amainando, tal vez por su propia discapacidad emocional, transmitida de generación en generación,  o quizá porque está implantando en sus genes la dureza, la coraza y esa poca sensibilidad a la hora de tomar ciertas decisiones para la sobrevivencia, lo que lo hace despreocupado y más relajado.


Los derechos del hombre como ser masculino se han ido minorizando y ellos lo permiten porque así fueron creados y no hay nadie para hacernos conscientes de lo que está sucediendo; quizá a muchas mujeres ni les toca, si hablamos de hombres grandes; pero sí les toca, si hablamos de los hombrecitos que se están criando, sus hijos varones.

Los hombres ya no saben cómo comportarse y las mujeres decidimos un igual a igual, desconociendo y quitándole todo el valor a la diferencia y sobre todo, lo hemos hecho desde la ira, el odio y la frustración, porque los hombres se han ido, se han ausentado; antiguamente, porque eran tiempos de guerra, de defensa del territorio, por esa necesidad de poder y tener más para dar más, buscaron situaciones de peligro, que los han hecho desaparecer del recuerdo y como imagen de muchos hijos e hijas y de muchas mujeres, esposas, amantes, novias.

Supongo que para los niños que van creciendo siempre será todo un logro y una aventura llegar a ser importante para una niña y tendrán que dar toda una lucha, parecido a lo que sucede en la selva, para poder ganar su lugar de macho alfa; a propósito este tipo de acciones son las que hacen que el macho tienda a desaparecer y para ellos no sea un problema; es parte de su lucha de territorio y de sus ganancias; si desaparecen y uno los pierde en el proceso para ellos no es importante, para nosotras sí.


Entro con todo este tema, porque ha sido mi experiencia de vida y de sanación, y deseo compartirla. Porque mi búsqueda será la reconciliación, tratando de alejar ocasionalmente las divergencias de la mente y el ego y ver la situación desde otro enfoque más del alma, como dice mi Maestro, Anam Cara.

Las mujeres siempre reprochamos a los hombres, su abandono, el que nunca están, el que se van, pero como pueden ver, es parte de su naturaleza y tendríamos que ser claras y reconocer que las mujeres estamos desconociendo la naturaleza del hombre, del hombre adulto que nos toca como pareja, o como  padre, o hermano, y lo más seguro, es que quizá no reconozcamos y estemos desconociendo la naturaleza de ese hijo varón que estamos criando y ellos a la fuerza nos tienen que arrebatar esa libertad de la cual son poseedores por naturaleza.

La libertad, la amada libertad que a todas las mujeres nos gusta y luchamos por tener pero al verla en los maestros de ella, los hombres, la juzgamos; es una de las principales razones para que la celebración del padre sea un día, como algunos ahora ya lo dicen,  simple: “le salen a uno con cualquier cosa”; y ellos son tan frescos que ese tipo de cosas y celebraciones no les quita el sueño, pero ha sido casi “viral” desconocer al hombre, desconocer al padre y decir “papá cualquiera puede ser”.

Quiero contarles que esas ideas han degenerado y dañado la humanidad en detrimento de los padres, y de la relación padres e hijos.  Soy una de esas mujeres abandonada por su padre, porque mi madre tuvo que tomarse por su cuenta las riendas al ver que él no hacía mucho por nosotras y no éramos su prioridad en ese momento.

He pasado años de mi vida tratando de reconciliarme con mi padre y la cereza del postre del abandono, fue que dejó de estar presente en este plano cuando yo tenía 5 ó 6 años, así que con él no tuve mucho que compartir; lo conocí, pero no lo conocí realmente, no tengo un referente de mi padre y les puedo asegurar que tanto el referente masculino, como el femenino son muy importantes no sólo en la educación sino en todos los planos en los niños.

En toda esa experiencia que mi alma ha buscado, tengo, como muchos, un padre de crianza y un padre biológico; por fortuna mi padre de crianza ha sido un ser maravilloso y a quien le agradezco haya permitido mi entrada en su vida y me haya respetado y amado igual que a sus hijos de sangre.

Muchos seguirán con la idea que en realidad el papá no les ha hecho falta, pero podríamos hablar y encontraríamos que muchas situaciones sufridas y presentes, vienen de ese desconocimiento y ese abandono de las partes, del padre como del hijo; quiero recordarles que para poder comprender lo que les hablo es importante olvidar resentimientos, orgullos y competencias que no son más que disculpas del ego y además, mi interés no es cambiarle la idea a nadie, simplemente quiero compartir mi experiencia con quienes resuenen con esta lectura.

Sé de muchos que reniegan de su padre por maltratador, por violador, por abandonador, por despreocupado, o por excesivamente cuidador y celoso, pero como dice un viejo dicho “no soy quién para juzgarlo” y como no lo ponemos en práctica y nos creemos dioses; entonces lo juzgamos, lo odiamos, lo criticamos y luego…. luego viene para nosotros la enfermedad, el dolor, la culpa, el trauma; porque negamos al primer ser masculino con quien nos cruzamos en la vida, con quien aprendimos, esté o no; convertimos en un infierno el cómo relacionarnos con lo masculino, con los hombres y de ahí en adelante esas relaciones se convertirán en un estado continuo de estrés; porque lo voy cobrando el resto de mis días, o simplemente intento olvidar eso y lo niego y hago desaparecer de mí lo masculino, los hombres y toda su naturaleza; y buscaré todo lo opuesto a lo que viví y me sobreesforzarsé para evitar ser eso que tanto juzgué o termino siendo igual a mi padre y ni siquiera lo noto; porque niego lo que mi padre era o es y es imposible ver lo que niegas o reniegas.


Dentro de todo el proceso de sanación con mi padre he comprendido que él está en mí y en mucho de lo que yo hago; que el que no me importara él no fue suficiente,  porque era inherente a mí, por que eran importantes mis ancestros por él.






Podría contarles muchas cosas que me ha enseñado mi padre genético, a pesar de haberse ido de este plano desde mi temprana niñez; las grandes enseñanzas las he obtenido de su abandono que para mí ahora, fue la libertad en su máxima expresión; que a pesar de juzgarlo sin saber que lo hacía o que lo había hecho, porque estaba herida por las situaciones que se desprendieron de su abandono, hace poco menos de un año me di cuenta que mi bandera era la libertad, y eso me convierte en un ser igual que mi padre, pero que castigaba al que era libre y al que quería ejercer su libertad a mi lado; que la libertad no la conocía realmente y que he tenido que aprender muchas cosas de ella, gracias a mi padre y en adelante a todos los hombres que se han cruzado en mi camino.

A todos ellos les agradezco que tuvieron que pulirme a la fuerza, muchos, incluso con violencia y ahora eso me permite llevar a ustedes este mensaje, desde la reconciliación de mi ser, para verlos como maestros y como amigos y por fortuna ahora aprender desde el amor, la libertad, la paz, la armonía.





Gracias y felicidades a los padres, cualquier tipo de padres que sean, pues sus hijos los eligieron para aprender las grandes lecciones que sólo con grandes maestros y en la maestra vida, podemos experimentar y aprender.

Comentarios

  1. Que valiente la persona que escribio este comunicado. Que pasada. Mis respetos

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Procura dejar tu nombre o conectarte con alguna cuenta de tus redes sociales; así será más fácil solucionar tus inquietudes. GRACIAS

Entradas populares de este blog

Chikungunya y sus orígenes emocionales y mentales

Quemaduras. Significado emocional

Terapias emocionales Amor o Lujuria (primera parte)

Los Senos Relacion Emocional

Para esto sirve dormir sin ropa

Bloqueo de Chakras en los primeros tres años de vida

Sexo con amistad. Una nueva forma de relación