Mi diferencia entre la Magia y la Terapia
En
la noche de estudio de ayer (a la madrugada) leí algo que me hizo reaccionar
hacia un rumbo que te compartiré hoy. Y es que es posible que la magia y los
procesos de sanación al Cuerpo Mental (lo que llaman los occidentales la
psicoterapia) y algunas de sus variantes como el psicoanálisis, tengan más en
común de lo que se piensa. El significado original de la palabra
"psicología" es, por supuesto, "el estudio del alma"
(aunque en nuestra época materialista, psique sea sólo mente sin ningún
componente espiritual). Así que tanto la magia como la terapia lidian de alguna
forma con espíritus o entidades inmateriales (más allá de que éstos sean
considerados ficciones o alucinaciones que hay que sanar o exorcizar de alguna
forma).
Sabemos
también que uno de los grandes "terapeutas" del siglo XX, Carl Jung,
en su última fase equiparó a la psicología con la alquimia, viendo en la
alquimia un proceso de individuación o transformación de ese Cuerpo Mental y, a
su vez, en la psicología un proceso alquímico en el que el alma humana es la
piedra filosofal.
En
Jung también tenemos psiques pobladas por una hueste de espíritus (que llamó
arquetipos), patrones inmateriales que in-forman y moldean la psique individual
y colectiva y que se personalizan, de la misma manera que en la magia un
espíritu se manifiesta bajo un cierto patrón de formas recurrentes, tomando,
como si fuere, una personalidad.
Duncan
Barford escribe en su libro Occult Experiments in the House:
La diferencia entre la magia y la terapia es que,
para la magia, la verdad yace en la experiencia, mientras que la terapia se
ocupa de cuestiones de "significado" e "interpretación". El
terapeuta traza el significado de los síntomas de regreso al inconsciente, una
y otra vez. En otras palabras, los asuntos que salen a la superficie son
tratados como productos de asuntos más profundos en un nivel más superficial.
Todo se trata de estos asuntos. La magia en cambio, permite que experimentemos
un asunto directamente como algo diferente a nosotros como un
"demonio", un "ángel", o algo más.
En
la magia, entonces, ocurriría un proceso psicológico de proyección, en el que
no es necesaria la sanación a través del significado sino a través de la
inscripción psicológica que produce la experiencia en la psique. Así un
arquetipo, un complejo o un trauma serían demonios externos; los
traumas y los complejos o demás entidades psíquicas serían demonios
internos. En la magia el teatro es el espacio externo; en la psicología el
escenario es el Cuerpo Mental.
Barford
define una experiencia paranormal como una experiencia tan intensa y
radicalmente distinta a la conciencia ordinaria que "el interior se
derrama sobre el exterior". Un punto en el que el contenido psíquico se
engarza con el mundo externo de los fenómenos, en un continuum, que
podríamos llamar mente-espacio-tiempo. Jung tenía un término para
estos momentos de zurcido psicoespacial, los llamó "psicoides",
arquetipos psicofísicos que existían dentro de la mente y también en el mundo.
La teoría de la sincronicidad del psicólogo suizo se fundamentó en cierta forma
en la existencia de esta conexión significativa entre el mundo externo y la
mente, de tal forma que se consideraban interdependientes.
Para
completar esta idea resulta apropiado invitar al cónclave al ocultista
británico Aleister Crowley, quien hace más de 100 años ya notaba un factor
psicológico en la magia y en la misma identidad de los espíritus, genios o
demonios que eran invocados e interactuaban con el mago. Crowley, en su amplia
obra mágica, se refiere a las entidades que conjura como porciones de su psique
y otras veces les confiere autonomía. En su introducción a la Goetia,
Crowley escribe:
Los espíritus de la
Goetia son porciones del cerebro humano. Sus sellos representan métodos de
estimular o regular regiones particulares.
Crowley,
pese a toda su parafernalia y su complicado grimorio espiritista, es claramente
consciente de que el fin de la magia es transformar la propia psique. En el
mismo texto, Crowley explica que "los nombres de Dios" son
vibraciones orientadas a rendir a la voluntad del mago ciertos aspectos de la
mente humana y que cada espíritu obedece a cierto poder mental.
La
magia, como la cábala, como la meditación y la alquimia, parece tener este
mismo sentido práctico de ciencias de transformación espiritual (unas más
misteriosas y elaboradas). Más cercana a una mentalidad espiritual y a una
cosmovisión en la que no sólo la naturaleza está completamente viva sino que la
mente participa en el poder vitalizador de la divinidad, la magia conjura toda
una burocracia espiritual para servir al hombre en su proceso de transformación
(un proceso que debe llevar paradójicamente a la aniquilación de la mente y
toda la multiplicidad de entidades y fragmentos con los que se ha construido
para finalmente unirse a la divinidad).
Pese
a todo su paganismo, la magia tiene un sentido esencialmente de devoción
religiosa. Como Platón explica en el diálogo de Alcibíades, para los zoroastros
la magia es la adoración de la divinidad. Una definición a tomar en cuenta
puesto que la palabra magia proviene de hecho de los persas y del culto de
Zoroastro.
Todo
lo anterior nos lleva a otra pregunta: ¿realmente el Cuerpo Mental y el
exterior son dos cosas distintas? Si fueran lo mismo, un mismo continuum de
aparición y manifestación de fenómenos, solamente separados por la efímera
fijación en un punto de la conciencia (que se mueve de lo universal a lo
personal y de regreso) la pregunta sobre si los demonios o los espíritus son
fabricaciones de nuestra propia psique sería inútil. Podríamos responder sin
ninguna contradicción que los espíritus existen y no existen, están afuera y
están adentro. Lo que sí es que no podrían ser independientes, pero tampoco
nosotros, ni ningún otro fenómeno tendría una existencia independiente.
Así
que somos nuestros propios "demonios" (para usar los mismos términos
de los autores citados). Y existen dos formas de sanar:
- Una
externa, en la Luz: La acción en una Consciencia especifica de uno de
estos demonios (o bloqueos).
- Otra
interna, en la Oscuridad: La acción dirigida hacia el Inconsciente; un
acto de magia.
Hay
sesiones que requieren sólo una forma de sanación, pues el Inconsciente se
"reconcilia" con el bloqueo al operar en la Luz. Otras, más fuertes,
persistentes (y por tanto más nocivas) requieren de agresivos eventos de magia
para reemplazar estos bloqueos por otros actos que nos lleven a la sanación.
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