Sanación emocional de Niños menores

Acabo de responder a una pregunta que es común en las madres de familia y es más frecuente en la mamá soltera. Me preguntan que si puedo sanar a su hijo o hija de un trastorno físico que padece; me hablan mucho de alergias y de todo tipo de trastornos respiratorios, atención dispersa, hiperactividad e incluso, alguna vez hace años tuve una paciente que era madre de una nena de 8 años y medio que mostraba síntomas avanzados de cáncer en la sangre.

Por esta razón creé este pequeño escrito, saliendo precisamente de la celebración del Día de las Madres del año 2015, que fue ayer domingo 10 de mayo. Y respondo a la pregunta trascribiendo lo que comenté a mi contacto en Facebook.

Habitualmente no trabajo con menores de edad porque no es lógico; te explico: Desde 9 meses antes de ser concebido hasta el momento de su nacimiento, hay una forma de entrega de Información que se conoce como "Proyecto Sentido"; aquí está la Información que el nuevo Ser viene a trabajar a este plano (y se dice que ésta percepción de Información, puede durar hasta los 3 años). 

Ahora bien, luego del nacimiento y hasta aproximadamente los 7 años (para las niñas; en los varones puede ir hasta los 16, en casos extremos), nuestros hijos estarán "ligados" a la Madre (o la persona que asuma el rol femenino en el hogar).

Luego, de los 7 años a los 14 aproximadamente (y de nuevo para las niñas, los niños pueden llegar a viejos en esta etapa), estarán "ligados" al papá (o quién cumpla el rol masculino).

Por lo tanto, buscar "sanar" a un niño de menos de 14 o 16 años es realmente inútil, pues los hijos son el crisol de padre y madre; reflejan los trastornos y desarmonías de ambos y, por lo tanto, en vez de pensar en sanar a niños, debe pensarse en sanar a los padres y sus situaciones desarmónicas:

Una "enfermedad" de una niña, no es otra cosa que la manifestación de un trastorno de la madre (si la niña tiene 7 o menos) o del padre (si la niña tiene más de 7).

De esta forma, cobra vital importancia cada una de las situaciones vividas por la madre; su situación sentimental y emocional real, las condiciones económicas en que se concibió y se gestó al bebé, los conflictos familiares, personales, sentimentales e incluso espirituales a las que se somete la pareja y, particularmente la madre, pueden generar trastornos que son “traspasados” a sus hijos, primero por sensaciones y luego por la educación del ejemplo.

Así, es importante hacer un llamado, para que las madres y padres recuperen su rol y sean, respectivamente, mujeres y hombres que enseñen a sus niños y niñas lo que es realmente ser una dama y un varón en una relación. 

Ya basta de niñas de 4 años que, maquilladas,  bailan reggaetón en cortísimas faldas. Basta ya de niños de 5 años que les pegan bofetadas a las mujeres alrededor, bajo la mirada complaciente de unos inútiles padres. Pero sobre todo, basta ya de esos ignorantes padres que se sientan con sus hijos a ver estúpidas novelas y programas televisivos que promulgan valores tergiversados del sexo vacío, el dinero fácil, el éxito bruto, las victorias obtusas. Deja de pedir que haya quién eduque a tus hijos e hijas con los valores que tú deseas para ti, pues eso nunca lo conseguirás de esa “caja mágica” cuyo truco no es otro que ayudarte a caminar como un asno por la vida.

(Me acabo de enterar que según encuesta de este año 2015, en Colombia una persona lee, en promedio e incluyendo los libros de texto de colegios y universidades, un libro y medio al año). 

Así avanza este bello país, queridos hermanos del Señor.